Muchas de las organizaciones políticas de nuestro país sobredimensionan el papel de lo que denominan "clase media" o "capas medias", que no son más que lo que los maxistas llamamos pequeño-burgueses. La mayoría de estas organizaciones incluso parecen considerar que su aporte es una "novedad", que nadie tuvo en cuenta antes a tal sector de la sociedad. Otra muestra de falta de estudio.
Para esta brevísima nota partiremos de aceptar el siguiente supuesto: en un país como Argentina, donde la pequeño-burguesía tiene importantes dimensiones, consideraremos que deberían ocupar un lugar análogo al que jugó el campesinado en la Revolución Rusa. Es decir, un aliado necesario para llevar a término la Revolución.
Aceptando este supuesto, se consideraría que para llevar adelante la Revolución Socialista en un país como el nuestro, la clase obrera deberá dirigir el proceso, pero deberá contar con la alianza de los pequeño-burgueses. Hasta ahí, sería aceptable para la discusión.
El problema radica en que, incluso Partidos que se reivindican revolucionarios o de izquierda popular, terminan sobredimensionando a la pequeña-burguesía. Adaptan sus slogans, su estética, su discurso a los oidos de los pequebu, no vaya a ser que se asusten con un discurso obrerista. Estos Partidos terminan por adaptarse lenta y dolorosamente al sistema y dejan de representar a la clase que aspiran, para terminar siendo una representación deformada de las aspiraciones pequeño-burguesas. En los hechos terminan con programas que hacen más hincapié en defender a las PYMES que en la organización de poder obrero, y siempre lavando el discurso para que esos aliados no se espanten con palabras como "socialismo" o "revolución".
Ahora bien, resulta para muchos una sorpresa cuando esas "capas medias votan a la derecha". Surgen las preguntas en todo el movimiento popular, ¿Cómo puede ser que "si les dimos" X cosas terminen votando a la derecha? (Nótese además esa visión paternalista: "Les dimos")
"¿Qué empuja al pequeño productor hacia la reacción y la contrarrevolución. Su situación intermedia entre la burguesía y el proletariado. El pequeño burgués en tdos los países oscila entre la revolución y la contrarrevolución. Es una vacilación inevitable". (Lenin, 1906)
Es justo esto, su situación como clase lo que hace que puedan votar al "progresismo" en una elección y luego sin pudor votar a la reacción. Como dice Lenin, esta oscilación es inevitable en dicha clase, y la única forma de "controlarlo", será por medio de la hegemonía proletaria en las alianzas. Sólo la clase verdaderamente revolucionaria puede conducir el proceso y llevarlo a término.
Va siendo hora de que la "izquierda popular" retome los análisis marxistas y deje de perder su propia identidad para adaptarse a la legalidad y democracia burguesa.
Comments