En nuestro país, somos expectadores de una función en la que las distintas fuerzas del marxismo han sido superadas por la coyuntura y caen en absurdas explicaciones para justificar posturas que - si bien son disímiles en el plano concreto- son el reflejo de la falta de previsión y la pérdida del rumbo por anclarse en el presente inmediato.
Desde el FIT-Unidad, que es un fuerte viraje electoralista del trotskismo para intentar salvar una elección que no pudieron preveer que les sería desfavorable (Hasta en las redes circulaban versiones de los militantes que auguraban que en Córdoba sacarían un 11% de los votos minimo por no estar presente el kirchnerismo); hasta sectores que aplauden la "unidad con todos" aunque esto incluya personajes nefastos como Felipe Solá y Alberto Fernández o partidos marcadamente antipopulares como el Frente Renovador. En este caso, estos sectores negaban hace dos o tres años cualquier posibilidad de que se tuvieran que aliar con el Frente Renovador. "Eso jamás va a pasar", "no hace falta", "este camino no conduce a eso". Y acá estamos, el camino los condujo a eso... Pero en vez de hacer un balance autocrítico sobre cómo se llegó a esto, se sale a vitorear que es el camino correcto (una vez más).
La falta de autocrítica de las fuerzas policlasistas es de esperar. No obstante, TODAS las fuerzas marxistas necesitamos poner todo sobre la mesa y dedicarnos a hacer un exhaustivo análisis autocrítico y descubrir por qué ya no estamos pudiendo preveer lo que ocurrirá, y seguimos actuando sometidos a la coyuntura inmediata.
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