A raíz de un artículo leído recientemente en Facebook y, principalmente, de los comentarios de los usuarios es que decido hacer esta breve nota. Es común, casi hasta “natural”, escuchar o leer comentarios referidos al comunismo y al marxismo como si de una ideología cuasi-mágica y utópica se tratara. Comentarios del tipo “el comunismo es una ideología ideal para un mundo ideal, pero las personas no somos ideales”, “el comunismo no funciona porque es utópico, las personas no somos perfectas”, o del peor tipo como “¿No crees un poco difícil el comunismo en este mundo actual donde prima la tecnología y ya apenas hay relaciones humanas?”. Este tipo de pensamientos son muy comunes de escuchar, principalmente desde la caída de la URSS, y con las teorías -absurdas por cierto- del “fin de la historia”.
No pretendo aquí escribir una tesis sobre lo que es o no el comunismo y lo que es o no el marxismo, sino por el contrario, contribuir con una breve simplificación de algunos conocimientos para combatir aquellos (des-)conocimientos tan usuales en nuestras discusiones cotidianas.
“El comunismo como utópico”
Desde todos los medios de producción cultural el capitalismo y la sociedad burguesa instan a este tipo de interpretaciones. No pocas veces he tropezado con docentes de secundaria enseñando que “el comunismo era un muy buen ideal, pero no es factible”. Ni hablar de las veces que se escuchan comentarios románticos como que personas como Ernesto “Che” Guevara era “un joven idealista, que murió por no ver que el mundo no es un ideal” (En el caso argentino, este tipo de comentarios es aplicable también al ERP, Montoneros, FAP, FAR, etc.) Generalmente recayendo en la auto-justificación del “si todos lo dicen, debe ser cierto”. Este tipo de comentarios demuestran que el “opinemos sin saber” sigue siendo ley, y que el desconocimiento estructural que hay del marxismo es algo con lo que lidiamos día tras día.
Lamento informarles a quienes sostienen este tipo de pensamientos, que justamente el marxismo es llamado “socialismo científico” (Marx, Engels) en oposición al previo “socialismo utópico” (Owen, Saint-Simon, Flora Tristán). ¿Qué diferencia hay entre ellos? Podríamos resumirlas (mucho) al precisar que el socialismo utópico -aunque ha realizado estudios sobre el capitalismo- se quedaba con la mera idea de que “algún día llegará el socialismo”. El marxismo, por su parte, busca abordar la sociedad desde un punto de vista “científico”, esto es, haciendo un análisis crítico y profundo de la sociedad concreta, sin por esto caer en un mero “conocimiento académico”, sino por el contrario –y allí otra de las diferencias gigantes con el socialismo utópico-, utilizando este conocimiento real de la sociedad para producirlas transformaciones necesarias en dirección hacia el socialismo. (La famosa Tesis XI {1})
Ahora bien, los des-conocimientos sobre el marxismo se acumulan llevando a errores sucesivos (como al poner mal un signo al resolver una ecuación, alterando y haciendo erróneo todo el desarrollo posterior) cayendo finalmente en el siguiente argumento “La URSS falló, por tanto, el marxismo estaba equivocado aunque tuviera un buen ideal”. Este tipo de argumentos parten de un análisis (¿?) basado en una categoría opuesta al marxismo: el tipo-ideal (Weber). La idea de los “tipos ideales” –burdamente resumidos- serían conceptos para analizar el mundo que para definirse tienen “rasgos esenciales”. En este caso “La revolución”, o “el comunismo” tendrían como “rasgo esencial”, el que debe “triunfar”. Si no lo hace, entonces no era correcto.
Creer que porque la revolución en sí haya triunfado, no obstante, no significaque el proceso que se desate luego de la revolución sea “lineal”, o “ideal” (cayendo en esta visión estilo weberiana); muy por el contrario, la historia es un proceso dialéctico, en el cual se desarrolla una lucha de clases, la cual continúa luego del proceso revolucionario -por ello la necesidad del estadio previo, llámese “Socialismo” o “Dictadura del proletariado”- dado que las clases no se abolirán de un día para el otro por decreto, ni tampoco lo harán las diferencias socio-económicas, ni mucho menos la destrucción de la super-estructura (ideología, pensamiento, cultura) se producirá mágicamente. El marxismo justamente considera que es lo material lo que determina en primera instancia a lo ideológico/cultural (por algo, llamado “materialista” en oposición a “idealista”) {2}. Ese proceso lleva tiempo. Por esta razón, que exista una revolución “triunfante”, no significa que la misma no pueda caer sobre su propio peso, o por el desarrollo posterior de la lucha de clases y de los actores sociales que participen de ella, porque la historia no es un proceso lineal y puro. Precisamente eso del “marxismo como ideal, pero no factible” es parte de lo que la producción hegemónica capitalista del saber busca instalar para mellar al marxismo y al comunismo como el lugar al que converja la clase obrera. Al hacerles creer que es algo “ideal” pero no posible -partiendo de un montón de supuestos, como vimos, falsos- hace que la clase obrera sin consciencia de sí, caiga en alternativas reformistas, cuando no, completamente reaccionarias.
“El comunismo contra la tecnología”
Otra de las grandes –falsas– “verdades” sobre el comunismo. Una de las tan ampliamente repetidas. ¿Quién no vio jamás absurdos memes diciendo “Son comunistas pero usan internet”?
Comencemos por un ejemplo simple. Una de las frases que el comunismo esgrime como objetivo a alcanzar “Cada quién según su capacidad, a cada quien según su necesidad“. ¿Cómo podría darse esta situación sin un desarrollo tecnológico acorde?
¿Cómo se llega a esa absurda afirmación? Aprovechando la falta de análisis crítico que existe. En ningún momento el comunismo se plantea que por arte de magia de un día para el otro todos serán felices (Eso déjenselo a Macri y sus “Decretos de la Felicidad”), tampoco se plantea que las industrias crecen del suelo por que sí. No. La base material en la que se de la revolución será determinante en cuanto a los avatares del proceso posterior a ella. No sería lo mismo si se impone la revolución en Sierra Leona (uno de los países más pobres del mundo y sin industria), que si esta se diera en EEUU, los avatares que el gobierno revolucionario deba enfrentar en cada caso serían completamente diferentes. Originalmente el marxismo consideraba que la revolución se debería dar “primero en los países capitalistas más desarrollados”, pero contra todos los pronósticos se dio antes en los países cuya industria y base material estaba décadas atrasada en cuanto a desarrollo. Se busca ese argumento infantil y poco analítico de que “el comunismo está contra la tecnología, mirá como viven en Cuba“, sin razonar detalles como que –mal o bien- la URSS pasó de ser el país de Europa más atrasado antes de 1917, a ganar la Segunda Guerra Mundial y hasta disputarse la hegemonía mundial contra la primer potencia capitalista, tan sólo un par de décadas después. ¿Qué país ha logrado eso en tan poco tiempo?
La diferencia en cuanto a la tecnología, radica en el lugar que esta ocupe en la sociedad. En el capitalismo, aunque se dicen cientos de frases vacías de que “la tecnología nos mejora la vida”, en la práctica la tecnología está al servicio del dinero (capital) y no viceversa. La tecnología es utilizada para generar más ganancias (plusvalía). La tecnología no mejora para hacerte la vida más cómoda, la tecnología avanza para seguir el círculo “virtuoso” de producir para vender. Tan sólo reflexioná, ¿Cuánto tiempo pasa entre que una tecnología nueva aparece y que puedas acceder realmente a la misma?
El marxismo plantea lo contrario: la tecnología y la ciencia al servicio de la sociedad, no del dinero. El desarrollo de la ciencia y de la tecnología no son planteadas como objeto de “ganancia”, sino como una mejora social que debe ser democratizada, es decir, que debe estar al servicio de todos. Si hay una nueva vacuna o una cura contra una enfermedad terminal, ¿Por qué sólo unos pocos deberían poder acceder a ella? Justamente, ahora sí, miren el caso cubano: la salud y la educación son derechos básicos de las personas.
En cuanto a que “no hay relaciones humanas” en la actualidad, no creo que sea necesario recalcar que se cae en un reduccionismo posmodernista. Por un lado, se parte de desconocer algo completamente innegable: que la producción material en el capitalismo es justamente SOCIAL. Esa es la contradicción núcleo e irreparable del capitalismo: La PRODUCCION es SOCIAL, pero la APROPIACION es PRIVADA. (Ej. Muchos obreros producen en una fábrica, pero sólo uno o pocos dueños son quienes obtienen ganancias). Por otro lado, y con esto cierro, si “no hay relaciones humanas” en la sociedad actual, por favor alguien que me explique lo siguiente: ¿Cómo es que estamos interactuando usted y yo?
{1} La Tesis XI dice “Los filósofos no han hecho más que interpretar en diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”.
Marx, K. (1845) “Tesis sobre Feuerbach”, En: Marx, C. y Engels, F; (1974) Obras Escogidas, Tomo I, Ed. Progreso, Pág. 10.
{2} Aunque lo material y lo ideológico/cultural interactúen entre sí (dialéctica), pero una explicación de ello en profundidad, complejizaría demasiado este texto y no es el objetivo.
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