Defensor del concepto de "marxismo ortodoxo" y diferenciándolo claramente del dogmatismo, resulta inevitable recordarle hoy en tiempos en que la palabra "ortodoxo" vuelve a ser (mal) usada como sinónimo de dogmatismo, de sectarismo y de no entender la realidad.
Un pensador que parte al medio las aguas del marxismo entre quienes lo admiran y quienes lo desprecian, pero un inevitable cuadro del que aprender y leer para formarse como marxistas.
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